MACHO CON TETAS
Toda la vida me han dicho MACHA. Debo confesar que al principio no lo
entendía, luego no lo compartía, hasta que llegó al punto de molestarme de una
manera increíble el hecho de ser comparada-igualada a un hombre, pero hoy en
día me parece una gran reputación. Después de todo, ser un macho con tetas no
es tan malo que digamos.
Por supuesto, tuve que hacer un gran viaje para llegar a donde estoy ahora
pero ha valido la pena. Recuerdo que cuando éramos pequeños yo era el monstruo
para los amiguitos de mi hermano menor. Me encantaba serlo además. En la
mayoría de los casos fue por su propia culpa ya que no sabía defenderse y
llamaba a su “perro guardián” para que atacara y devorara a todo aquel que se
le acercara, pero en otros momentos yo salía a defenderlo sin ninguna excusa y
destrozaba a quien se le ocurriera retarme. Vaya niña ¿no? Luego, para mi
desgracia, la gimnasia olímpica me hizo inmune a las emociones. Los golpes que
recibía al caer en las colchonetas después de tres piruetas en el aire fueron
mi escuela para aprender a combatir las lágrimas. Nunca lloré. Si lo hacía me
regañaban cabe destacar, pero nunca lo hice. Me tragaba el llanto y así fui
creando una coraza fuerte e imbatible.
El hecho de ser tan distinta a las demás estúpidas que se secaban el pelo y
pintaban las uñas, hizo que siempre estuviese rodeada de hombres. ¡Qué no
aprendí de ellos! Fui su princesita, pero su princesa negra. Cero rosado, cero
drama y cero peo. Era otra cosa. Jugaba fútbol con ellos, tomaba licores
hardcore y por supuesto, era su fucking pañuelito de lágrimas cuando se les
ocurría “enamorarse” de las catiritas del colegio.
Con ellos siempre fui una opción más no una prioridad. Era la amiga de
pinga. La que daba los mejores consejos pero la que ni de vaina tocaban. ¿Saben
qué? Fue mejor así. Tuve un curso intensivo súper exclusivo que nadie más
recibe de los hombres y me volví una PRO en el arte de seducir, controlar y
destrozar al género masculino. Una vez experta en el asunto, comencé a jugar.
Dígame cuando me crecieron los senos… ¡Arrasé con todos y empecé a ganar!
Fui una culebra seductora y destructora. Obtuve lágrimas, los ilusioné,
descubrí secretos, aprendí trucos… Pobrecitos… ellos ni siquiera lo esperaban.
¿Qué quieren los hombres? Me parecía una pregunta tonta y sabía la
respuesta de memoria.
Princesas: No sean estúpidas. Es mi mejor consejo.
Es chévere estar a la moda, utilizar agujas en los pies, maquillarse hasta
cubrir los más horrorosos defectos y coquetearle a quienes le den la gana, pero
no sean idiotas. Utilicen su belleza natural, sépanla manejar. No sólo con eso
satisfacen a los machos. Es bonito por un tiempo pero ¿y el después? Coño,
lean, siéntense en el piso, limpien sus casas… ¡Ensúciense! A los hombres les
encanta una mujer hermosa pero también guerrera.
Gallas: Es divino pasarse la vida leyendo,
introduciéndose en mundos posibles y creando universos que les pertenecen, pero
eso no es completamente atractivo. No es agradable ir a una reunión entre
amigos y que pasen la noche hablando del por qué estamos aquí, de la cueva de
Platón o de que las estrellas son bla bla bla. No. Si de verdad pasan el día
pensando, sean inteligentes y dedíquense a encontrar temas que involucren al
otro. Les recomiendo que vean un buen partido de fútbol, que se tomen 8 birras
para que se vayan acostumbrando, que comiencen a depilarse y que de verdad investiguen
acerca del arte de seducir. Un macho ama a las mujeres inteligentes pero no le
gusta que lo corrijan, que sean sabias en todo momento y que no cierren el
pico. Calladitas se ven más bonitas.
Sádicas: Amigas queridas que necesitan dar y
recibir placer las 24 horas del día… ¡Déjense de guevonadas! Literalmente. A
los chicos les fascina el goce pero les vuelve loco la intimidad, la
complicidad y el deseo no cumplido. No se den nunca al 100% por favor. Poco a
poco es más divertido. Lo que se hace esperar es más interesante, más sabroso y
crea más apetito. Su dignidad como mujer es mucho más valiosa si dejas
esperando y si dejas con ganas de más. Confíen en mí.
Rudas: Por supuesto que una mujer que haga
deportes, reciba golpes y sea muy experimentada es atractiva, pero un hombre no
quiere como pareja a otro hombre. Bueno, no en el caso en el que me estoy
refiriendo. Sean coquetas, sumisas y por debajo de la mesa. Sorpréndalos con
sus habilidades de chicas toscas, que no tienen nada de malo, pero también
tengan su lado romanticón. Caerán como mangos, téngalo por seguro. Una chica
ruda con un toque de glamour y seducción es tremendo partido para cualquiera.
En fin, los machos buscan el paquete completo. Un fastidio lo sé. Mi mejor
recomendación es intentar “acomodar” ciertas cosas de ti para que tengas más
éxito. Y si no quieres, vacila… Seguramente con tu HERMOSA personalidad
conseguirás a un papacito que te haga feliz. A las que se atrevan a darle un
twist a su vida amorosa les deseo la mejor de las suertes. Sean machas y
pronuncien su escote. A mí me funciona.
Xclnt post... muy Completo e iluminador! xD Nos conoces bastante bien xD un besote
ReplyDeleteGracias por tu comentario Az! Un gran abrazo!
ReplyDeleteTan bella mi macha devoradora jajajajajaja. Te quiero mucho. El detalle está en permanecer bajo perfil y... ¡SUÁCATA! jajajajajajaja
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